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miércoles, 2 de mayo de 2012

We´re off to see the Wizard...


The Wizard Of Oz
Todos conocemos la historia: una niña con coletas llamada Dorothy aterriza (junto con su casa y su perrito) en el curioso mundo de Oz. Cuando te ocurren cosas como haber sido secuestrada por un tornado, lo primero que piensas es en volver a casa o, en su defecto, volver tú y tu casa al lugar civilizado de donde procedéis. Lo cierto es que el mundo de Oz es un sitio curioso con caminos de baldosas amarillas, ciudades esmeraldas, un mago algo troll y unas cuantas brujillas de tres al cuarto sueltas por ahí.

Lo curioso es que durante el camino a la Ciudad Esmeralda, donde vive el susodicho mago. Dorothy se encuentra con tres grandes personajes: un espantapájaros, un león y un hombre de hojalata. Aquí reside el kit de la cuestión, el motivo de este blog. El primero quiere un cerero, el segundo valentía y el tercero, un corazón. A mi estos tres me parecen diferentes ejemplos de las actitudes que tomamos ante la vida


 ¿Qué preferimos? ¿Una vida totalmente controlada por el imperio de la razón? El dominar la situación en todo momento, saber dónde están los límites y nunca sobrepasarlos? ¿La eterna inteligencia? ¿Creer solo en lo empírico, lo que ves, sin creer que n hay nada más allá que lo que tu cerebro concibe?

Quizá valentía…Sí. Librarse del miedo, que no es más que una sombra algo puñetera que no cesa de susurrarte al oído “No puedes hacerlo, no puedes hacerlo, no puedes hacerlo”. El miedo, la cuna de nuestras inseguridades. No viene de fuera, de nosotros depende nuestro grado de sometimiento. Si el mago de Oz le insufla valentía, el león podrá ser quien es sin opresiones externas…Ser libre…La libertad es la ausencia de miedo.

¿Qué me decís del hombre de hojalata y su corazón? Ese músculo capaz de llevarte desde lo más alto a la más cruel caída. Los sentimientos, esa energía sobrenatural que si se motiva, es capaz de conducirte a la locura ¿De veras ese montón de hojalata quería eso? ¿De veras quería saber lo que es el sufrimiento, la alegría, la ira…? ¿En serio, quería amar?

Aquí se definen tres tipos de personas: los controladores, los que no tienen pelos en la lengua y los emotivos enamoradizos. Estos tres factores son combinables entre sí. Ha decir verdad, los pensamientos que generan el miedo vienen de arriba y valentía combinada con sentimientos dan lugar a un considerable Carpe Diem. Por otro lado la razón, por mucho que quiera, no es capaz de eclipsar a los sentimientos. De hecho, muchas veces los alimenta.

No sé si son horas para andar escribiendo pero llevo dándole vueltas a esta idea todo el día y quería dejar constancia de ella. Hacer una nueva interpretación del cuento. Una idea: coged a un grupo de niños de hasta 10 años y plantearles la pregunta ¿Cerebro, valentía o corazón? Os sorprenderían los argumentos que fundan sus elecciones.

¿Y vosotros, qué le pediríais al Mago de Oz?





jueves, 29 de marzo de 2012

El capitalismo sentimental (también conocido como let it flow)

Dedicado a quien le haya soltado esta pedantería en alguna ocasión.

Los que hayan tenido una conversación mínimamente profunda conmigo saben a qué me refiero; Let it flow es  dejar que las cosas fluyan, que los acontecimientos sigan su curso sin  intromisiones externas.  No puedo bloggear mi ego adecuadamente sin hablaros de esta filosofía de vida. 

Intento aplicarla en la medida de lo posible, no da malos resultados. En esas situaciones en las que no ves cómo narices vas a salir de ellas, la solución no es forzar el final sino algo tan sencillo como esperar. Tener paciencia es uno de los ingredientes del let it flow, eso y no bloquear lo que sientes. De eso último suele encargarse la cabeza. No hay que hacerle mucho caso. Como dijo Woody Allen, “es una cabeza muy mentirosa” y le gusta rizar el rizo como nadie. 

Las decisiones más importantes son las que se hacen con el corazón y no el cerebro. Este solo está para bajarnos los pies a la tierra de vez en cuando. A veces se pasa tanto que más que el suelo, deja nuestras patitas al mismo nivel que el centro de la tierra. 
(Yo no os pido que recurráis a Mother Mary, sino a la vida misma)

Dejarse guiar por los sentimientos no es sinónimo de seguir a los caprichos o las pasiones. Mientras que las primeras son pasajeras (nadie vive constantemente pensando en fornicar...eh....vale, no dije nada) los segundos ejercen cierta presión en tu estómago; una sensación que no cesa hasta que salen a la luz. Lamento decir que somos esclavos de nuestro corazón, por muy cursi y petulante que suene. Seguir sus dictados hace que te sientas en armonía contigo mism@. Este puñetero y complicado músculo es el recipiente de nuestra esencia y si le contradecimos, estamos tirando piedras sobre nuestro tejado. 


Let it flow es librarse de los autolímites y lanzarse a la piscina. Siempre es mejor arrepentirse que lamentarse por no haber hecho algo. Vivir en tiempo condicional  no funciona, de hecho, nos hace más infelices.Esta imagen recoge muy bien a qué me refiero :)

Laissez faire ¡Viva el capitalismo sentimental! Que las fuerzas de oferta y demanda sentimentales encuentren su equilibrio por sí mismos, sin ninguna influencia externa (en este caso, nuestra cabeza o nuestro entorno). Nada es imposible y ninguna inversión, hecha desde el pecho, está sentenciada. Todo ocurre por algo y la situación que estéis viviendo ahora mismo tendrá sus conclusiones. Así funciona el efecto mariposa de la vida

Si leéis esto recordad: respirad, hakuna matata y let it be. Todo acaba teniendo su explicación y en consecuencia, acaba convirtiéndose en una lección de vida.



viernes, 23 de marzo de 2012

Diario de un periódico gratuito



¿Os habéis preguntado alguna vez por cuántas manos pasarán los periódicos gratuitos?
Amenizan el viaje contándonos las últimas noticias y dando más importancia a las ofertas del Carrefour que a los titulares (no tienen más remedio, si no no serían gratis). Los periódicos gratuitos son leídos por cientos de ojos al día: ancianos, estudiantes, trabajadores con futuro y sin él, desempleados, niños, peces flacos (porque los gordos el metro ni pisarlo, eso es de plebeyos) etc.


He visto codazos y miradas de odio por hacerse con tan preciado tesoro. Muchos reconoceréis ese momento de nerviosismo en el que esperas a que el pasajero de enfrente acabe de leer y pase el relevo al siguiente. Otras veces, una voz rezagada interrumpe tus cavilaciones de transporte público preguntando tímidamente  "¿Vas a leerlo?" señalando el periódico que tienes al lado. Apuesto a que esas personas se llevaron en algún momento un mordisco de un lector cabreado que dejó el 20 Minutos, Qué, ADN (o el que proceda) a un lado para revolver en su bolsa.  Para cuando se quiso dar cuenta, su entretenimiento había desaparecido.

¡Están en todas partes! Sobre todo en los lugares que son un hervidero de zombies mañaneros (cafeterías, metro, autobuses, trenes...) Su popularidad va decreciendo a medida que se desarrolla el día: si por las mañanas son el producto más solicitado para matar el aburrimiento, por la tarde verás muchos relegados al triste destino de la basura y por la noche, al más triste designio de envolver el pescado.

Se podría sacar una interesante conclusión de este ciclo al que se someten los diarios gratuitos cada día. Quizá el ser humano sea mejor por las mañanas, cuando tras saciar su hambre informativo deja el periódico en un lugar visible para que el próximo afortunado pueda hacer lo mismo. Me fascina esta cadena y estoy planteándome el marcar el periódico que caiga en mis manos con una carita sonriente.Quizá vuelva a mí y pueda pasar horas fantaseando sobre las historias de las personas que han visto mi dibujo.

Hoy es un buen día para empezar a hacerlo :)

miércoles, 29 de febrero de 2012

Batalla en la batalla

Cuando la locura se instala en tu vida
es muy difícil dejarla marchar
te engulle en la espiral de los imposibles
susurrando mientras duermes la alternativa
la opción
Cuán fácil es caer en su juego.
Enredaderas de sueños aprisionan tu mente
dicen "vuela", la razón reniega
Se enzarzan en una batalla con más ideales que banderas
¿Quién ganará?
Solo queda la espera, o el manicomio.
Y mientras dentro de la coraza se ametrallan a verdades
dos bandos, dos trincheras, dos opciones
los ojos ven pasar la vida vacía.
Por cada lágrima que derraman
se aviva un ideal.
Cuando la locura se instala en tu vida
es muy difícil dejarla escapar
Lo peor que puedes hacer para evadirla
es...
La respuesta duerme impaciente en el corazón.


The song maker says, "It ain't so bad"
The dream maker's gonna make you mad
The spaceman says, "Everybody look down"
It's all in your mind...

miércoles, 1 de febrero de 2012

"We no speak americano"

La Universidad Carlos III de Madrid presume-con indiscreta prepotencia- de muchas cosas:

-Su excelencia,
-de ser la pública diferencia,
-Su experiencia en el Plan Bolonia...

y lo mejor de todo, de la opción bilingüe en algunos de sus estudios de grado, como periodismo.

Cuando ingresé en tan "venerada" Universidad, inocente de mí, creí que cursar una carrera en inglés supondría un reto pero valdría la pena: a la hora de buscar un empleo, me pondrían la alfombra roja. "Graduada en periodismo con opción bilingüe por la Universidad Carlos III de Madrid". Queda bien, no me lo negaréis. Al igual que mis compañeros, estaba dispuesta a todo por ese papelito.

La realidad no dudó en aparecer desde el primer cuatrimestre, pero bah. Todos tenemos una asignatura que se nos atraviesa y no todos los profesores son perfectos, se aguantaba.

Llegó la segunda parte del primer tiempo... En efecto, la cosa comenzó a ir a peor. Mientras  contemplaba como mis compañeros de español aprendían como locos y se enamoraban cada vez más de la carrera, yo empezaba a detestarla.

Ahora, a mitad de camino, me gustaría volver a ser aquella joven inocente que hace unos años rellenaba el papel de solicitud para formar parte de tan "excelente" institución académica. Sus criterios de selección del personal docente para impartir las clases en inglés no son "excelentes" precisamente. Dar una clase en un idioma que no es el tuyo es difícil, por supuesto. Hay profesores que merecen un aplauso-afortunadamente, no todo ha sido ni es un calvario absoluto-pero llega un punto en el que la situación se vuelve insostenible.Mis compañeros y yo no estamos aprendiendo, sino desaprendiendo. Más que la alfombra roja, el día de mañana me pondrán el felpudo roñoso de los chinos. 

Desconozco si el puesto de profesor en la opción bilingüe está condicionado por algún tipo de mafia o sorteo de lotería, lo que está claro es que esto solo puede ser definido con una palabra: cachondeo. Más que plan bilingüe, yo bautizaría este circo como "plan Spanglish". Se ríen en nuestra cara y nosotros, hartos de la que se nos ha venido encima, agachamos la cabeza. Tampoco nos lo ponen fácil. Tristemente, en una universidad, cuentan las peticiones de todos menos las de los alumnos. El despotismo ilustrado de Carlos III no ha muerto.

domingo, 22 de enero de 2012

Oda a la almohada

La entrada de hoy va dedicada a la única cosa por la que daríamos todo lo que tenemos con tal de estar con ella; esa que está ahí para ser abrazada, testigo paciente de nuestros bosques nocturnos y nuestros sueños, la única que estará ahí para siempre, amiga fiel de los momentos más cómodos y placenteros de nuestra vida, de nuestras lágrimas y horas de pereza...

La almohada.

Pueden quitarme lo que quieran pero si me arrebataran la almohada, una gran parte de mí moriría. Comprendedlo, llevamos juntas ¡AÑOS! Si cobrase vida estoy segura de que me casaría con ella, porque la santa paciencia que tiene con nosotros no la tiene nadie. Es la única con un par para aguantar tanto a nuestra cabeza como a la insoportable levedad de nuestro ser. Yo no cundiría en pánico si las paredes hablaran pero si a mi almohada le saliese una boca y un ramalazo indiscreto, tendría que cambiarme de nacionalidad, sexo y planeta. No sería la única, estoy segura.

Algunos pueden creer que es un absurdo que haya podido perder tiempo escribiendo sobre un objeto inanimado. Señores, pasamos cerca del 20% de nuestro tiempo durmiendo, la mayoría de él en nuestra almohada, por no hablar de su otras y múltiples funciones. Eso lo dejo a la mente calenturienta de cada uno.

 No es por nada, pero le dedicamos una parte considerable de nuestra vida, merece esto y más. Si existe el día internacional de las palomitas de maíz  ¿Por qué no el de la almohada? Habría que planteárselo.

lunes, 16 de enero de 2012

"Opinas conmigo o contra mí"

Es un hecho que el ser humano tiende a exponerse al clima de opinión que más se asemeja a sus criterios. Es normal, no suele sentarnos muy bien escuchar una convicción diferente a la nuestra, más cuando está perfectamente argumentada. Nos sentimos indefensos, sin saber que responder y con la presión de tener que decir algo... Todo menos reconocer que la otra persona tiene razón ¿Cómo hacerle esa jugarreta a nuestro orgullo?

Tendemos a pensar que no hay más verdad absoluta que la nuestra y en cuanto al resto del mundo...Pobrecitos, ya abrirán los ojos. Llegados a este punto he de decir que me declaro algo perspectivista: cada cual tiene su propia imagen de la vida, luego en esta gran pelota azul subsisten aproximadamente 6.000 millones de verdades distintas y esas actitudes están creadas por nosotros+ nuestra circunstancia ¿Y qué pasa con las matemáticas, la física o la biología? ¿Acaso no hay algo más "objetivo" que eso? ¿Y las leyes? ¿Cada uno las ve de forma distinta? ¿Deberíamos tener un Derecho individual? 

Nada de eso. Dado que somos egoístas (la sociedad nos ha educado así) y tendemos a buscar nuestro bienestar cueste lo que cueste, necesitamos regularnos con "verdades absolutas adaptadas a los tiempos" para no volvernos locos y acabar tirándonos de las orejas. Todo es refutable y ninguna verdad permanece. De hecho, en lo que a esos juicios absolutos se refiere "son inocentes hasta que se demuestre lo contrario".

Genial, me he desviado. Lo que quería decir en este post es que nos consideramos tolerantes, pero solo aceptamos los puntos de vista que son similares a los nuestros. Si algo he aprendido últimamente es que cada uno tiene sus razones para hacer lo que hace (si no, no se comportaría así) y que una de las gracias de vivir es comprobar la gran variedad de puntos de vista que existen sobre un mismo tema. Porque no hay dos opiniones exactamente iguales aunque nos empeñemos en creerlo y en dividirnos en dos bandos: "los que opinan conmigo o contra mí"