¿Os habéis preguntado alguna vez por cuántas manos pasarán los periódicos gratuitos?
Amenizan el viaje contándonos las últimas noticias y dando más importancia a las ofertas del Carrefour que a los titulares (no tienen más remedio, si no no serían gratis). Los periódicos gratuitos son leídos por cientos de ojos al día: ancianos, estudiantes, trabajadores con futuro y sin él, desempleados, niños, peces flacos (porque los gordos el metro ni pisarlo, eso es de plebeyos) etc.
He visto codazos y miradas de odio por hacerse con tan preciado tesoro. Muchos reconoceréis ese momento de nerviosismo en el que esperas a que el pasajero de enfrente acabe de leer y pase el relevo al siguiente. Otras veces, una voz rezagada interrumpe tus cavilaciones de transporte público preguntando tímidamente "¿Vas a leerlo?" señalando el periódico que tienes al lado. Apuesto a que esas personas se llevaron en algún momento un mordisco de un lector cabreado que dejó el 20 Minutos, Qué, ADN (o el que proceda) a un lado para revolver en su bolsa. Para cuando se quiso dar cuenta, su entretenimiento había desaparecido.

Se podría sacar una interesante conclusión de este ciclo al que se someten los diarios gratuitos cada día. Quizá el ser humano sea mejor por las mañanas, cuando tras saciar su hambre informativo deja el periódico en un lugar visible para que el próximo afortunado pueda hacer lo mismo. Me fascina esta cadena y estoy planteándome el marcar el periódico que caiga en mis manos con una carita sonriente.Quizá vuelva a mí y pueda pasar horas fantaseando sobre las historias de las personas que han visto mi dibujo.
Hoy es un buen día para empezar a hacerlo :)
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